¡Carrera contra el tiempo… o con la tecnología!

Actualmente vivimos una carrera contra el tiempo. No creo que sea simplemente una sensación o una situación mental, pero pareciera que el tiempo pasa más rápido ahora.

Por todas partes se escuchan las mismas expresiones: «Dios mío a qué hora se me fue el día» o » El tiempo no me alcanza»… » Quisiera que el día tuviera más horas», etc, etc. La Navidad llega más rápido, los estudiantes terminan sus cursos en un abrir y cerrar de ojos. Las cuentas se acaban de pagar y ya llegan las siguientes, sin dar tiempo siquiera a respirar un poco, en fin… todo se siente más rápido.

Será que toda las catástrofes naturales, como los terremotos acaecidos últimamente, han desplazado la tierra de su órbita y sea la causa de este cambio en las horas y experimentemos esta sensación de falta de tiempo para vivir, descansar, leer, escribir, orara, compartir en familia, entre amigos y dedicarnos un poco a nosotros mismos?

Creo que es de todo un poco…los cambios climáticos, las catástrofes naturales, el deseo de los jóvenes actualmente por vivir todo más rápido, la angustia de los seres por alcanzar fortunas, cosas materiales, poder político y económico. Y es por esta razón que los seres humanos ya no se encuentran para conversar, tomar un café y mantener un contacto que edifique las relaciones humanas y haga posible el compartir, para recuperar valores y vivir momentos que apacigüen las responsabilidades de hoy.

Ahora solo hay tiempo para chatear, enviar abrazos virtuales, caritas felices o tristes, sentarse todos en un mismo espacio y sin mirarse siquiera la cara, ocuparse tan solo de su celular y concentrarse en ese diálogo frío y silencioso, sin importar que tenga al lado a su hermano, su esposo o esposa, sus hijos, sus padres, su novio o novia, su mejor amigo o amiga, porque al primer sonido su atención está puesta totalmente en ese mágico aparato que se roba ahora el tiempo, la privacidad, la voluntad y la atención de los seres humanos, que más parecen robots que personas.

Ya no se ven los muchachos reunidos en amenas tertulias, ni compartiendo una buena película, o tocando guitarra y cantando o simplemente entretenido en simples diálogos. Ahora se les ve reunidos sentados uno al lado del otro pero en sus propios mundos, encerrados en sus desconocidas vivencias a través del celular o el internet, herméticos, silenciosos, riéndose solos mientras chatean con alguien que a veces ni conocen. Pero… no hay tiempo para vivir realmente y compartir en familia tantas cosas que solo el tiempo puede guardar en la memoria de quienes existimos y tuvimos la fortuna de nacer.

¿Qué le espera al mundo? la verdad no lo sé…solo Dios lo sabe. Tratemos de concientizarnos y pensar que la vida pasa muy rápido y si continuamos acelerando el tiempo, a la vuelta de la esquina, se nos abrá acabado y ya será muy tarde para compartir en verdad con quienes amamos.

Hagamos un alto en la camino y valoremos la vida que nos ha sido dada, compartamos, amemos, ríamos sin parar, abracemos de verdad, disfrutemos del aire, del mar, de la naturaleza, jugemos con nuestros hijos, no importa que ya hayan crecido, para disfrutar no se necesitan edades establecidas. Hablemos con Dios y sintamos la grandeza de la vida. Por un momento olvídemonos del celular, el computador, los afanes y compromisos, las adquisiciones materiales y ¡VIVAMOS! por correr más no llegaremos primero. Lo más importante es saber llegar.

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